Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Amor y dolor?

Que sabios los antiguos, ya lo he dicho alguna vez, pero no dejo de sostenerlo, que capacidad de resumir la psicología humana a través de mitos y dioses, cuanta sabiduría resumida en relatos mitológicos de aventuras de dioses, semidioses héroes y demás yerbas.

La mayoría de las personas, mas allá de su sexo o inclinación sexual sueña con el amor eterno, científicos de diferentes disciplinas, escuelas y tendencias, han tratado de estudiar el amor como fenómeno sociológico, psicológico, químico o biológico, cuantas ópticas para una misma cosa, y cuanto afán para desentrañar sus misterios.

Poetas, escritores, pintores han definido desde el arte al amor, o en todo caso se han inspirado en el, desde la plenitud del sentimiento a la agonía de su perdida, los matices son variados, ricos, todos tienen razón y razones. Desde la experiencia mas cercana en uno u otro momento de la vida de cada uno es probable que hayamos amado, correspondido o no lo hemos hecho, lo habremos vivido, lo habremos perdido, pero cada uno tiene su propio concepto de este sentimiento, racionalizado o vivido, existe una impronta de el en el alma de todos.

Amor y dolor, la plenitud de sentirlo, de vivirlo y el dolor de perderlo o anhelarlo y no alcanzarlo, su discutida duración, la utópica eternidad del amor novelesco o la limitada precisión del amor vivido, los limites dependen de las partes, eternos o finitos, no es decisión volitiva, se siente o no, simple, dolorosamente simple.

Que sabios los antiguos, entiendo que, por lo antedicho, nuestros antecesores griegos hicieron correr por el mitológico mundo de las deidades a Eros y Tanatos juntos, dios del amor uno, el segundo la personificación de la muerte no violenta. Su toque era suave, como el de su hermano gemelo Hipnos, el sueño, una verdadera metáfora de la realidad que, sin mitos ni análisis, cada uno de nosotros hemos vivido, vivimos o viviremos, la mera toma de conciencia de estas cosas no nos liberaran de la vorágine de sensaciones que se vive ante el amor en cualquiera de sus formas, conclusiones y consecuencias. Será disfrutado, será padecido, pero de ninguna manera será indiferente, su presencia o su ausencia serán marcas en las almas de cada uno, marcas que recordaremos con cariño o dolor pero que siempre estarán presentes, agradezco llevar esas marcas en mi mismo, que paupérrima seria la vida sin las huellas de haber vivido la mas compleja de las sensaciones, el mas misterioso de los sentimientos.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
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