Para renacer, el Fénix, primero tiene que morir.

Ya hable antes del Fénix interior que todos tenemos, lo bueno que es amigarse con el, cuidarlo y respetarlo, de alguna manera forma parte de nosotros y cuanto mas fuerte sea mejor nos ira en nuestra vida.

Los últimos tiempos de mi vida, mi pobre Fénix esta siendo fusilado por muchas cosas, si bien gane, he perdido mucho también y por mas fuerte que sea el ave, no es invulnerable, así que siento que al mío le ha llegado su hora, esta agotado de esta vida, se deja morir, pero eso no es malo.

En quizás corto tiempo mi Fénix resurgirá, pleno y fuerte como siempre, lleno de nuevos vientos e intenciones, con más fuerza que nunca, pero para eso, debe terminar de morir, y esta en terapia intensiva, y yo lo cuido hasta su último aliento. De la misma manera lo veré resurgir de sus cenizas y aplaudiré ese momento, donde juntos caminaremos con mas ahínco que nunca, en pos de nuevas aventuras, domesticas y de las otras, las aventuras que forman nuestra historia personal, y que buenas o malas, merecen la pena ser vividas.