Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

lunes, 22 de enero de 2007

Herencia.


Cuando de chico pensaba en una herencia solo se me ocurrían millonarias fortunas dejadas por ignotos tíos perdidos en el árbol genealógico familiar. Ahora se que le herencia es un legado recibido en mas de una manera, no solo por esos personajes, filántropos familiares que no conocemos y las mas de las veces ni siquiera existen, si no por personas mas allegadas, padres, abuelos, tíos, aquellos adultos que nos sirvieron de ejemplo en nuestro crecimiento.

Mamamos sus acciones, sus formas de ser, nuestro propio comportamiento va orientándose hacia el que, de pequeños, observamos en nuestros mayores. Por imitación o aprendizaje, las conductas observadas van siendo parte de nuestras propias conductas y muchas veces, dependiendo de los mayores que nos hayan tocado en suerte, seremos prisioneros, concientes o inconcientes de ellas.

En la adolescencia comenzaremos a tomar nuestra propia conformación, en algunos casos mediante la reafirmación de lo que hasta ese momento fue nuestra forma de ser, en otros afirmando solo lo que nuestro criterio aprueba y orientándonos a lo que por una observación más amplia del entorno, consideramos que es como debemos ser.

Los afortunados habrán recibido buenos ejemplos y crecido empapados en ellos, los no tan afortunados, quizás sean prisioneros inconcientes de las mediocridades que tomaron con naturalidad al ir desarrollándose, en todo caso en el momento de tomar conciencia de ello, el echar culpas no es la salida, si no el trabajo para ir cambiando lo oscuro de nosotros que percibimos por fin. La aceptación de nuestras acciones por parte de nuestros mayores es algo gratificante, pero no condicionante, nosotros mismos somos los únicos capaces de vivir nuestra propia vida, si de nuestras decisiones obtenemos la desaprobación de nuestros padres, por ejemplo, pensemos si lo que hacemos es inmoral o ilegal, si solo no cuadra en sus protocolos mentales, quizás con todo el dolor del alma haremos lo que debamos hacer, en definitiva, nadie puede vivir a partir de sus apéndices familiares, aunque estos sean los propios hijos, vivir lo que no pudo o supo hacer o continuar una línea de vida que no necesariamente es la correcta.

Deja ser, deja hacer, dicen los franceses, coincido, cada uno es artífice de su propio destino, dejemos que cada uno, entonces, lo construya por si mismo.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
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