Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

martes, 10 de abril de 2007

El infierno de…


Dante Alighieri definitivamente trabajaba en una oficina, díganme de que otra manera pudo inspirarse para describir el infierno en La Divina Comedia. No se exactamente a cual de los círculos pertenezco, lo cierto es que día a día me veo sometido a una tortura de la que no he logrado escapar.

En rigor de verdad creo que quien mas quien menos sufrimos la tortura que representa seguir trabajando después del almuerzo, la sangre, en su totalidad baja al estomago a darle una mano para la digestión y así comamos un yogurt, la sensación de desmayo inminente se inicia veinte minutos después del ultimo bocado. Si tenemos la suerte de poder desplazarnos por el lugar de trabajo veremos una miríada de caras somnolientas, si no tenemos ese privilegio y por alguna razón vamos al baño, quizás encontremos estampadas las letras del teclado en nuestra frente al mirarnos al espejo, cosa difícil de disimular.

Miradas perdidas, frases ininteligibles en los documentos, papeles pegados en los rostros de los menos afortunados, tazas de café frío en inestable equilibrio en los bordes de los escritorios, hilos de saliva que corren por las comisuras de los labios de personal correctamente sentado, salvo por los ojos cerrados y la pluma trazando una línea sobre el memorando que trataba de rubricar. Definitivamente es un infierno en la tierra.

Por supuesto hay excepciones, los jefes, el metabolismo de un jefe es inmune a este efecto colateral alimenticio, ellos saldrán de su oficina, donde esta el sillón mas cómodo para dormir, sin hacerlo, recién peinados, el rostro fresco y descansado, aun a pesar de haber almorzado entrada, plato principal, postre, todo generosamente regado con un buen vino. Claro, como corresponde, él se acercara a nuestro lugar de trabajo en el peor momento a pedir algo que jamás lograremos entender, mientras nos secamos el café del cabello que descansó dentro de nuestra taza, mientras leíamos muy pero muy de cerca y con los ojos cerrados un importante documento.

Señoras y señores oficinistas, estamos pagando en la tierra los pecados de las vidas pasadas, cuanto mas pecadores hayamos sido, mas sueño tendremos y menos podremos resistirlo, no se preocupen, una vez expiadas nuestras culpas, entre sanciones y reprimendas, volveremos a nacer convertidos en jefes, ya no padeceremos ese sueño tan especial que se produce después del almuerzo. Ojala así sea.

6 Perplejos:

Umma1 dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Panflín dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Aire dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Mr. Magoo... dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Amorexia. dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
El Analista dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.