El cansancio del guerrero.

No hay escudo, peto, espada, yelmo, lanza, pero sus equivalentes modernos adornan la figura del guerrero actual, no solo hombres, las femeninas amazonas, gracias a Dios sin amputarse el pecho derecho, al no tener que usar arcos y flechas, se despojan al llegar a su refugio de esos elementos de combate. Maletines, computadoras portátiles, guardapolvos, estetoscopios, son los mencionados equivalentes de aquellas pretéritas herramientas/vestimentas. Los modernos gladiadores y amazonas luchan a brazo partido con el mismo éxito que sus predecesores históricos, ganan o pierden, hasta se muere en esos combates, ya no por la certera punta de una flecha, si no quizás por el infarto devenido por la noticia de la absorción de la compañía en la que uno se desempeña por otra que, no contara en sus filas con el personal de la absorbida.

Las vidas de muchas personas se definen silenciosamente día a día, a nuestro alrededor, es mortal la estocada del desempleo reciente para quien cuente con mas de cuarenta años, es una tortura para los modernos Hilotas, saber que su tiempo, su vida, muchas veces esta en manos de inescrupulosos empresarios que lo utilizan a destajo sin pensar en el empleado como en un ser humano más, un igual. Estamos viviendo en un gran Coliseo, algunos afortunados no notaran la clara entropía personal a su alrededor, o mejor aun, serán capaces de superarse y no solo sobrevivir a esta situación, si no a utilizarla para su personal crecimiento, para su fortalecimiento, y aun entre el caos llevar una verdadera vida, lejos de la común supervivencia.

El guerrero moderno lucha contra enemigos mas sutiles, pero mas presentes, omnipresentes diría, pero a pesar de ello, por mas armas y estrategias que se utilicen en su contra, muchos de ellos logran salir triunfantes, y al mirar atrás, sonríen satisfechos por sus logros, por mínimos que sean, ya que son suyos, y eso nadie se los podrá quitar.