Justicia ciega… y a veces bocona.
Crecí apegado a ciertas reglas de convivencia, viviendo, dentro de lo razonable en un marco de respeto hacia los demás, muchas veces preferí pecar de cobarde que dejar las huellas de mi capacidad física en otras personas, muchas veces preferí mantener la boca cerrada a lastimar a conciencia a otra persona con insultos bien dirigidos, ciertamente muy merecidos, soy un ser racional y me considero inteligente, así que prefiero vivir de acuerdo a ese concepto mas que dejar que las cosas fluyan visceralmente.
Las situaciones de crisis pueden hacer que las personas, que en situaciones normales tienen una conducta social aceptable, muestren lo mejor o lo peor de si mismos, si esas personas gozan de cierto poder, muchas veces la sensación de impunidad los hace mancillar la investidura de aquellos valores que representan, por ejemplo
Todos somos personas, mas allá del rol social que nos haya tocado representar, esos roles implican responsabilidades, y desde luego algunos de estos, con cierto grado de repercusión publica, tienen una mayor cuota de esa mencionada responsabilidad. Cuando un hombre se siente inclinado a las leyes, puede llegar a verse privilegiado con la investidura de juez, esta investidura tiene la finalidad de tomar decisiones, basadas en hechos, que pongan en su lugar aquellas situaciones que no se pueden dirimir entre pares, no deja de ser un servicio publico, de ninguna manera es una carta abierta al abuso.
Cuando se es testigo directo o indirecto de la falta de respeto a la que un juez somete a otra persona, haciendo de su cargo una bandera a temer, no se puede dejar de pensar que, a pesar de su investidura, son personas, y como tales, pueden ser excelentes seres humanos o poseer una mediocridad exacerbante, como en este caso, mas aun cuando se ensaña sobre individuos que cumplen su deber con responsabilidad e igualdad.
La investidura de juez lo hace, como dije antes, un servidor publico, alguien con una inmensa responsabilidad, si esta persona se arroga el cargo que ostenta como instrumento de presión hacia sus congéneres, no es que simplemente muestre su mediocre calidad humana, si no que envilece un cargo que en si mismo representa uno de los valores mas preciados por todas las civilizaciones. Ciertamente no he descubierto América con lo que digo, se que esto no pasa solo en estas latitudes, pero bueno, a veces hay que canalizar las cosas de la manera que uno es capaz, mas allá de tener la certeza de que no se lograra ningún efecto útil, mas allá de compartir la justa indignación. Conste en actas.
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