A otra cosa…
Bien, alguna vez dije, cito textualmente, “a veces las circunstancias mandan por encima de los deseos e intenciones”, aun lo sostengo, pero también tengo presente la poco conocida frase “cada uno es artífice de su propio destino”, bueno, si, es mas conocida que la mía, pero yo soy mas simpático que el autor de esta ultima, que por cierto no tengo la menor idea de quien ha podido ser. ¿A qué viene esto? A que a veces las circunstancias se pueden influir y mientras haya aliento algo se puede hacer.
Esta bien, si un avión de pasajeros pierde sus motores y cae en picada, por mas voluntad que uno tenga no vamos a salir volando por nuestros propios medios, pero si las circunstancias mandonas son pasibles de ser influenciadas, definitivamente soy acérrimo partidario de hacerlo, bajo ningún punto de vista me cruzare de brazos a ver derrumbarse cosas si de alguna manera las puedo apuntalar.
Cuando de alguna manera sentimos que las circunstancias nos superan a veces es fructífero tomar distancia de nosotros mismos, eso nos despejara un poco la cabeza y podremos, aunque mas no sea parcialmente, retomar el timón de nuestro cerebro, de nuestra voluntad y proactivamente, generar cosas, las que correspondan según las benditas y mencionadas circunstancias, para retomar el rumbo de nuestra vida.
Es valido también permitirse naufragar, por cierto es mas fácil y cómodo, pero mucho mas divertido es agarrar un verdadero problema, de esos que cambian la vida de las personas y afrontarlo, pisar la pelota, pensar y elegir las posibilidades de solución, si estas no se vislumbran, buscar alternativas que hagan que la razón de ser del problema pierda su peso especifico.
Ciertamente este fin de semana me divertí mucho.
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