Cuando un amigo se va.

No tengo la privilegiada voz de Alberto Cortés, ni talento de poeta, pero soy un ser pensante y capaz de sentir, me aferro a mis afectos como todos lo hacemos, pero sin egoísmos, cada uno conoce su camino, la vida tiene ese no se que de juntarnos y separarnos, pero la impronta que dejan los seres queridos que parten nos acompaña siempre.

No se de grandilocuencias ni de palabras difíciles, se de sentimientos, de alegrías y tristezas, de momentos compartidos, de aprendizajes, despegues, de sentirse vivo. Un día alguien aparece de repente en nuestra vida, quizás por los caminos mas insólitos, al día siguiente ese ser es importante en ella, se vuelve una parte de la misma, uno aprende a querer, a confiar, a cuidar y ser cuidado, a contener y ser contenido a respetar y ser respetado. Sin ser famoso se es apreciado, uno vale ante los ojos del amigo, un alma gemela que es capaz de ver los rincones ocultos de nosotros mismos, aceptarnos con nuestros vicios y defectos por la simple razón de ser nosotros mismos.

Yo soy amigo y tengo amigos, pocos, por que pocas son las personas que realmente pueden llegar a conocer profundamente a otra persona como para llegar a tener el honor de poder ser llamado amigo. Se puede vivir una amistad intensamente en poco tiempo, si, el tiempo no es una variable a considerar, ya que la amistad verdadera no es efímera, se instala y permanece mas allá de la presencia física, se puede reencontrar con un amigo como si la ultima conversación hubiera sido ayer y realmente mediar un intervalo de años, se puede tener una amistad de años que no decaiga en intensidad, las posibilidades son tan bastas como al amistad misma.

Cuando un amigo se va, cuando nuevos horizontes se abren en su vida, uno siempre lo acompañara, de una forma mas rica que la corpórea presencia física, ya que un amigo no deja lugares vacíos, habita siempre en nuestro corazón, en los recuerdos compartidos, en el intangible contacto de las almas a la distancia, en el pensamiento liberado, y en las mas tradicionales de las formas, o sea, los amigos no se van, solo cambia la forma de vivir esa relación, esa amistad.