Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

miércoles, 30 de agosto de 2006

Optimismo.

Tengo la tendencia de ver el vaso medio lleno mas allá de las circunstancias, es una cuestión de optimismo, un ejercicio volitivo por cierto, y una conducta que, al menos en estos días se ve constantemente puesta a prueba.

Si uno aprende a dejar de lado los prejuicios, a vivir por uno mismo por encima del que dirán, lentamente se ira dibujando una leve sonrisa que con el paso del tiempo se tornara perenne o casi, es una sonrisa que en general, enfrentara con éxito muchas de las etapas negativas de esta larga vereda que es la vida.

Dije alguna vez que la vida no se delega, se vive, y para eso, muchas veces hay que ponerle el pecho, hacerse cargo de mover los metafóricos escollos que abundan en su recorrido, nadie es totalmente autosuficiente, si no, no existirían los afectos, nadie esta totalmente superado, quien se crea así, lamento informarle que ha entrado en un estado de mediocre egolatría, la lucha se retoma cada día al abrir los ojos y termina cuando los cerramos definitivamente, de nosotros depende que llegado ese momento, nos sintamos medianamente satisfechos por las huellas dejadas a lo largo del periplo. Cuando me refiero a las huellas dejadas y la satisfacción, no me refiero a ser el descubridor de una nueva constelación o la cura de una enfermedad, si no a satisfacciones mas simples pero no menos importantes, educar un hijo, ser padre o madre, natural o por adopción, educarse, leer, cosas que a los ojos de todos serian comunes pero que dejan huellas en la historia, algunas mas otras menos profundas, o al cabo Einstein por ejemplo no fue alguna vez hijo, alumno, paciente, todas cosas típicas de la vida cotidiana.

Se puede ser tan mediocre o tan rico como se desee, como antes mencione, al abrir los ojos por la mañana, comienza una nueva aventura, la vida misma, como artífices de ella, nos compete darle el color que deseamos, desde el humilde rol que nos haya tocado desempeñar.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
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