Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

jueves, 9 de noviembre de 2006

El ultimo que apague la luz.

Cuantas veces, caminando por la calle, sumidos en nuestros pensamientos, problemas si hemos de ser enteramente honestos, no sacudimos vigorosamente la cabeza y tomamos conciencia del entorno. Claro, el entorno es la calle en la que caminamos, los autos a nuestro alrededor en un semáforo, los demás transeúntes o conductores que están como nosotros antes del sacudon de cabeza.

Que bárbaro que con tan simple movimiento exorcicemos el seudo apabullamiento interno, prospera cosecha de la vida común. Cuantos momentos perdemos a diario buscando soluciones para, la mas de las veces, lo insolucionable. Desde ya que no apunto a la resignación, dios me libre, diría mas bien que hablo de compartímentalización cerebral, un pequeño ejercicio intelectual en el que le asignaremos un momento determinado del día, para analizar, revolver, masticar y buscarle una solución a los problemas cotidianos y no cotidianos.

Ah bueno, miren la panacea, dirán con sonrisas burlonas, yo haría lo mismo, con mi afecto a la ironía. Bueno, no, no es una panacea, es un simple ordenamiento de ideas y acciones que encierran un par de sencillísimos objetivos.

Primero, no perderse la vida, pasan miles de cosas maravillosas a nuestro alrededor y la mayoría de las veces apenas las notamos, acotada nuestra percepción por ese grueso velo de las preocupaciones, ando metafórico hoy. El sol de las mañanas, el sutil cambio de las estaciones con sus colores propios, la magia de la lluvia, las palomas de la plaza y cualquier cosa que a nuestro alrededor significa vida, esa misma vida que dejamos que se nos escurra de las manos y que, cuando caemos en la cuenta de ese detalle, es, en general, muy tarde.

Segundo, como una buena forma de hacerle burla a la depresión, tan aguerrida en estos tiempos para cazar victimas incautas. Si logramos tomarle de nuevo el gustito a las cosas, volvemos a disfrutar de lo que nos estamos perdiendo a diario, le haremos una buena finta la depresión, algo que desde ya nos hará sentir mucho mejor, quien lo discute.

Bueno, si bien no resulto una panacea tampoco es una mala idea, como toda nueva actividad no acostumbrada, requiere un mínimo de entrenamiento, al igual que con toda actividad con la práctica se perfecciona y si que vale la pena hacerlo. Tal vez no sea una brillante solución, pero como usuario de la vida, ya que tanto me cuesta tenerla, decidí que lo mejor que puedo hacer es disfrutarla, aprovecharla.

No me lo agradezca, pruébelo sin cargo, si no le funciona le garantizamos la devolución de sus preocupaciones continuas, hágalo ya. Ah, me olvidaba, si todos compran esta sencilla idea, si todos nos redescubrimos de repente en la calle, no se olviden, el ultimo que salga de la abulia, por favor, que apague la luz.

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