Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

El amor también va al baño.

Que manera maravillosa de reaccionar, tenemos los humanos, ante diferentes situaciones, pero una de las que mas cariño me produce es ese velo, ese filtro de la realidad que tenemos ante el ser amado.

Desde el punto de vista masculino, el mío desde luego, ¿que es lo que vemos de nuestra mujer amada cuando la flecha de cupido atraviesa el indefenso corazón que portamos?.

En el preciso momento en que nos enamoramos, todas las poesías, hablan de nuestros momentos, cada canción representa a la mujer idolatrada, protagonista de nuestros sueños y fantasías, llena de virtudes, mohines simpáticos, aroma a perfume y a mujer, sabor a pasión.

Ella es incapaz de sudar, jamás va al baño, los pies no le transpiran, no tiene mal aliento, no interesa si sabe cocinar por que quien se atrevería a pensar en comer, ella es perfecta, un ángel en la tierra, una diosa corpórea, quien lo dudaría.

Pero bueno, el amor de nuestra vida no es mas ni menos que una mujer de carne y hueso y como tal, convive con las mismas ceremonias internas que nosotros, hombres mortales, sapos aspirantes a príncipes. Algunas, quizás ni recuerden el color original de su cabello, padecerán de caspa y ni que decir de su transito por el periodo femenino, muchas veces enmarcado en cambios de humor impredecibles, pueden sudar, o roncar ruidosamente. Cuantos “quizás” se les puedan ocurrir, no dejaran de ser enteramente validos, pero en fin, no por eso dejaran de ser la mujer de nuestros sueños y claro esta, quien no esta dispuesto a volver realidad semejante sueño.

Cada sapo devenido en príncipe, tendrá una selectiva amnesia, que le hará olvidar esos pequeños defectos de su amada, si el destino, aliándose, los acompaña, si ambos son capaces de sostener encendida la llama de la fantasía, el príncipe será capaz de recorrer embelezado, aquella blanca estría que recorre estoica el abdomen de la dama, de acariciar a conciencia y con pasión, las piernas de ella, sin siquiera notar la incipiente o resistente celulitis que la adorna.

Príncipes y amadas vivirán la magia de su amor en la medida que sean capaces de mantener viva la llama que lo origino, en caso contrario, esos pequeños defectos, mutuos ciertamente, pueden romper el delicado equilibrio de la balanza del amor, con las consecuencias que eso traerá a la pareja.

Seamos creativos, aprendamos a mantener vivo el fuego del amor y la pasión, para que la magia, con el paso del tiempo, no desaparezca. Buena parte de la pasión recae en lo físico, eso es natural, pero el sustento de la pasión en el tiempo, depende también del sentimiento que mutuamente se aloja en los corazones de los miembros de la pareja, la forma se corrompe, pero el corazón, con su particular visión, puede hacer de una mujer, la mas deseadas de las diosas, démosle una mano.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.