¿Mas vale pájaro en mano?
La sabiduría popular se ha valido de metáforas, parábolas, cuentos, frases y cuanto medio le ha sabido dar el intelecto para transmitir sus mensajes, mensajes portadores de sencillos conocimientos de vida, producto de la experiencia, que bien mirados, además de la posible sonrisa al escucharlos, pueden salvarnos mas de una vez de una decisión equívoca.
Si un extraterrestre distraído, decidiera acercarse a nuestro planeta a fin de estudiar la especie dominante, podrían pasar algunas cosas, primero pensaría por que no son los delfines, tan inteligentes, los seres a estudiar, es mas, quizás solo se limitaría a deleitarse ante estos individuos excepcionales y volviera satisfecho a su planeta, pero su situación, le hará notar que sobre la superficie pulula una raza de bípedos que ha edificado sendas estructuras, y ante su abrumador numero, optaría, quizás, por esta como objeto de estudio. Si el observador fuera novato, haciendo sus primeras armas en la profesión y si además fuera afecto a las conclusiones precipitadas, daría por sentado que los miembros mas inteligentes de la especie son los mas jóvenes, solo al escucharlos hablar, ya se que muchos se enojaran, así que me limito a expresarme basado en mi comportamiento en esa etapa de mi vida, así como el de mis amistades.
Me hago cargo de haber hecho oídos sordos durante buena parte de mi vida a esa colección de obras de la sabiduría popular, demasiados consejos cayeron en saco roto en su momento y demasiada suerte he tenido como para poder reflexionarlo ahora. Convengamos que la prudencia no es de las virtudes que mas se habrán desarrollado en la juventud, aun falta bastante para que se aproxime a un equilibrio entre estas y por que no decirlo los defectos, pero el tiempo dará lo mejor de si para alcanzar el mejor grado de cocción posible de la personalidad individual.
A los 40 años, con una estabilidad laboral de 18 años, un rédito económico si bien relativamente bajo, suficiente para vivir con cierta comodidad y capacidad de desarrollo, se puede considerar que uno esta ante el verdadero “pájaro en mano”, los cien volando que se pueden cruzar, no son, la mas de las veces, suficientemente tentadores como para liberar la presa obtenida. Con diez o veinte años menos, seguramente este tipo de pensamientos no pasaría por mi cabeza, simplemente soltaría el pájaro y manotearía al más jugoso que pase por ahí, pero ahora, a una edad en la que siendo aun jóvenes, somos casi descartados en la demanda laboral, ese tipo de actitud es casi una sentencia.
Que se hace entonces ante semejante dilema, se acepta los sabios concejos populares o se recurre a la dosis de audacia, un poco empolvada, propia de los años de juventud, cuando todo aun estaba por escribirse. Los cuarenta son una edad especial, se es joven para casi todo, se esta lejos y mucho del retiro, pero a la vez, se rodea a las personas que transitan esta etapa con un aura de caducidad, al menos ante quienes toman decisiones que implican una nueva puerta en el camino del desarrollo laboral. Cuanto para pensar, que difícil decidir, en todo caso, me apetecería desempolvar la audacia, una vida adocenada y sin misterios puede ser segura y tranquila, pero que bien hace una buena inyección de adrenalina, mas aun cuando se tienen recursos, humanos no monetarios, como para pararse una vez mas en caso de tropezar. Como dije antes, a los cuarenta se es joven, por lo tanto aun hay mucho por aprender ¿Ustedes dejarían que simplemente pase por delante la oportunidad de una nueva lección? Bueno, definitivamente no estoy dispuesto a hacerlo, aun no enterré mi curiosidad.
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