La piedra en el zapato.
Podría perderme en metáforas que a la larga llegaran a la idea, pero la verdad no tengo ganas, podría ser irónico en mis ideas, como casi siempre, y eso es mi naturaleza así que con o sin ganas así me leerán.
El reconocimiento a los servicios prestados, presten atención al detalle de la palabra prestado, es un derecho, cuando eso no sucede la insatisfacción personal de aquel que desempeña una tarea, mas allá de la remuneración percibida, se transforma en un elemento mas de la diaria labor. Ni que hablar si a esa insatisfacción le sumamos, mas bien restamos, una paupérrima remuneración, que con un poco de visión, podríamos considerar como la real valoración del trabajo que desempeñamos y de nuestra capacidad en el, así que si el dinero recibido por la tarea cumplida es bajo, cabe suponer dos cosas, o que somos pésimos en lo que hacemos o que simplemente no se nos valora en lo mas mínimo.
Si notan un dejo de animosidad estarán en lo cierto, pero aunque los que me conocen no lo consideren así, soy humano, y por lo tanto me enojo como cualquier hijo del vecino cuando considero que vivo aunque sea algo parecido a una injusticia. Vamos, soy un profesional, realista y práctico, es más, la practicidad es casi el leit motiv de mi ocupación, por que lo que carezco de la ingenuidad necesaria para suponer que una empresa privada ha sido creada para satisfacción y beneficencia de su personal, la razón de ser de una empresa es que sus dueños hagan dinero, de hecho eso haría yo si estuviera en condiciones de crear la mía propia.
Mas allá de la retórica, las condiciones de trabajo pueden generar satisfacción en los empleados por mas de un mecanismo, la básica, una remuneración acorde a la tarea y responsabilidad que se tiene, posibilidades de crecimiento, si el puesto no lo permite, un crecimiento intelectual mediante capacitaciones, hay mil maneras de mantener, con poca inversión la camiseta de una empresa puesta en los empleados. Los bienes materiales y la información son los activos reconocidos unánimemente, pero los recursos humanos no siempre son considerados como otro bien, y en definitiva de ellos depende el crecimiento o no de una estructura empresarial que en lógicamente redundara en el mutuo beneficio, a mi me interesa que la empresa en la que trabajo crezca, eso me da sensación de seguridad a nivel laboral y expectativas de mejores condiciones.
La administración es una ciencia compleja, con muchas variables, el manejo visceral de ellas puede repercutir a veces de manera negativa en el crecimiento de una empresa, sabemos que no se puede satisfacer al total de las personas, pero el buen trato, la consideración, no es una mala estrategia, ¿estaré muy equivocado?
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