El Grito...
No hay música, ninguna melodía estremecedora acompaña la escena, pero la cortina del baño se mueve, cosa que no debería pasar siendo que solo esta ella en la casa, ¿que hacer?, en las películas la chica que se acerca a curiosear la causa de la anormalidad es la primera que muere, una siempre mirando esas películas piensa, ni loca, salgo corriendo para el otro lado, pero ahora…
La realidad no es como se la ve en televisión, bajo la seguridad del propio techo, protegida por el cómodo sillón de siempre, rodeada de hijas comiendo pochoclo, es fácil dejar que el miedo decida en el marco de una película, pero, somos humanos y por ende curiosos, la lógica le dice que esta sola, que no hay manera que se vaya a encontrar a una persona agazapada en la bañera, o simplemente parada, cuchillo en mano para remedar, de manera inversa, la escena de la película Psicosis sobre ella.
La cortina vuelve a moverse de manera no natural, eso la frena un poco, la hace dudar, lógica versus hechos, lo cierto es que el movimiento de la cortina le deposita dentro del vientre una pesada y fría carga, sin embargo no la detiene, se vuelve mas sutil, apenas respira como para no ser oída, los pasos suaves, con la misma intención; no queda demasiado tiempo para decidirse, la distancia no es mucha y se ha acortado sensiblemente…
Salir corriendo a llamar a un vecino sin saber por que se lo llama no le parece correcto, mucho menos a la policía, que decirles, los llamo por que la cortina del baño se mueve, no, ella misma terminaría encerrada, el miedo cobra nuevas dimensiones ante un claro movimiento que no corresponde a acomodo o ráfaga de viento posible, casi puede sentir el olor de su propio miedo y la adrenalina…
Algo sutil pero contundente ocurre en su interior, quizás la adrenalina, como sea, la opresiva sensación de miedo desaparece, la decisión ocupa su lugar, la impaciencia para resolver el misterio puede mas, un cúmulo de cosas que la hace acercarse con decisión a la cortina del baño y correrla…
Un grito agudo y penetrante nace frente a ella, inmediatamente ese grito se confunde con el suyo propio, el instinto mueve sus reflejos que estaban preparados para eso sin que ella lo supiera, y sin dejar de gritar con todas sus fuerzas, corre al dormitorio en busca de refugio, mientras el otro grito, también sin detenerse, se desliza hacia la sala…
El miedo da paso a la furia, al enojo, con pasos ágiles, mientras intenta recuperar el aliento, se dirige al lugar donde los gritos cesaron, se para delante de él, que la observa impasible, lo enfrenta, no le salen las palabras de la furia, siendo un alma caritativa y buena por naturaleza, es difícil asimilar los duros pensamientos que le dominan la mente, solo alcanza a exclamar, ¡JOOOOOEEEEELLLLLL!
El loro, agitado aun, la mira desde dentro de la jaula en la que se introdujo después de asustarse, ¿presentirá la mirada asesina de la madre de su ama?, quien sabe…
Ciertamente esto no es nada de ficcion, les juro.
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