Estrellas cotidianas.

¿Se dieron cuenta que la mayoría, si no todos, los héroes del cine o la televisión son personas físicamente atractivas? Su vida esta rodeada de aventuras, exudan hormonas y sensualidad por todos los poros, son maestros en el arte de la sexualidad, ya que además de vérselos muy bien parecerían hacer que sus parejas alcanzaran el cielo con las manos al rozar misteriosos puntos en el cuerpo de aquel/aquella.

No piensen que esta reflexión surgió por una sobredosis de filmes, en realidad tiene su origen en el viaje en el transporte público de pasajeros, si, el cotidiano ir y venir del trabajo.

Mirando el pasaje que lo utiliza a diario, a veces muerto de frío, a veces muerto de calor, mirando el rostro cansado de hombres y mujeres, la mas de las veces con un aspecto físico alejado del que los medios acostumbran a mostrar en sus producciones, con prendas de vestir humildes, viejas, con manchas del oficio que desempeñan, cada uno de esos anónimos seres, insisto, tan alejados en su todo de los modelos que el cine vende, han de ser el amor de alguien, la persona que despierte el deseo, el cariño y el amor en otra.

Quizás acostumbrados a ver que el galán de cine se acerca a su dama, impecable a pesar de haber volado media ciudad con explosivos, dos gotas de sangre sobre la ropa luego de haber dado cuenta de cincuenta mafiosos, él solo con una humilde pistola, la mira extasiado y se funden en un apasionado beso, o lo que es peor, se desnudan rápidamente y se entregan a la pasión. El muchacho es afortunado evidentemente, no suda, no tiene mal aliento a pesar de haber estado secuestrado dos meses sin asearse, desde luego sin una ducha cerca con que bañarse y quitarse el aroma que sus necesidades fisiológicas mal limpiadas le habrán dejado sobre prendas y piel sin distinción, solo mostraran una rostro que indique el desprecio a sus secuestradores y una marcada superación ante la situación, como el que siempre supo que se liberaria.

El albañil que paso las ultimas 14 horas al rayo del sol en un verano especialmente tórrido, no estará de lo mas sensual al final de su jornada laboral, esto solo como ejemplo, yo mismo después de horas de oficina a veces no me siento como Mel Gibson, mas allá que, desde luego, no me veo como él.

Dentaduras diezmadas, sudores, manos ásperas, ropa gastada por el uso, es la realidad de la mayoría de los galanes y divas que a diario luchan para ganarse el sustento, ellos a su vez, ante los ojos del ser amado, serán mucho mas deseables y necesarios que cualquiera de las populares estrellas que conocemos, la realidad y la fantasía encuentran un punto en común ahí, en los resultados, independientemente del estrato social, el empleo o desempleo, la forma de vida, uno podrá llegar a ser el esperado héroe o heroína de alguien, en ese alguien encontrara el refugio mas preciado, un corazón enamorado.