Esa maldita costilla.

Sigo tomando prestados títulos para mis propias reflexiones, algún día si sigo así escribiré desde la cárcel.

Soy un hombre, gracias a Dios, y por eso puedo comentar lo siguiente con total parcialidad y un dejo de impunidad. La mujer, todo un tema, más allá del aspecto reproductivo, que necesaria que es.

Veamos, a aquellos hombres que únicamente nos sentimos atraídos por ellas, nos hace falta su suave compañía, muchas veces nos equilibran, nos contienen, ponen un marco de dulzura y sensatez cuando perdemos esta ultima, nos enseñan el significado de soportar el dolor, nos conceden el privilegio, algunas veces, de ser su refugio, hacen nuestra vida mucho mas completa y por que no compleja.

Muchos de los que no se sienten atraídos por ellas, siempre hablando de hombres, las imitan, quisieran ser ellas, que no es poca cosa, cada hombre en mayor o menor medida posee un lado femenino y no es malo, simplemente es.

El filósofo de barrio Alejandro Dolina dice que todas las actividades que hacemos los hombres tienen como único fin el “levantarnos minas” y algo de razón tiene. Nos afeitamos para no lastimarlas, nos arreglamos para agradarlas, cultivamos la poesía para halagarlas y homenajearlas, mas allá, claro esta, de la sensibilidad individual del caballero. Las mujeres son una obra de arte, mas bien un lienzo en blanco en el que el hombre artista descubrirá sus sensibilidades, regalándole y regalándose las mejores sensaciones. Pintores, músicos, poetas y demás artistas, se han inspirado en su presencia y en sus ausencias, han compuesto, en cualquiera de sus formas, miles de obras en su honor y lo seguirán haciendo.

Madres, hermanas, novias, amantes y esposas son mujeres, seres necesarios por sus virtudes e imprescindibles por sus defectos. Noches de desvelos dedicadas a una mujer casi todos hemos tenido, miles de pensamientos de toda índole ocupando nuestras soledades. Podemos amarlas, podemos odiarlas, pero desde la óptica que hayamos elegido están ahí, omnipresentes, esenciales. Toda mujer es intrínsecamente bella por el simple hecho de ser mujer, por que bella es su esencia, yo, hombre, agradezco el serlo para poder disfrutar el hecho de que existen.

Quizás estas sean paupérrimas palabras para algo tan grande, quizás no tengan la calidad que hubiera querido, pero es lo que me salio, y por que de alguna manera quería, humildemente, homenajear a las mujeres de mi vida, dentro del rol que esta les ha dado desempeñar

"Este texto es uno de los primeros que he escrito, ninguno de ustedes lo ha leido, me gusta, le tengo cariño, por eso se los dejo en lugar de lo escrito ayer, que más lo leia menos me gustaba, no puedo faltarles el respeto dejando algo que ni a mi mismo me resulta placentero, sepan disculparme."