Problemas del alma…

Bueno, no estoy tan superado como a veces pienso, pero quién , en ciertas etapas de la vida, no se ha detenido lleno de reflexiones existenciales; suelo ser optimista a pesar que también soy intrínsecamente realista, pero a mis 42 años comienzo a notar, con cierto recelo, que también padezco esos problemas tan especiales, los problemas del alma…

Me cuesta bastante mas que antes bajar de peso, he decidido, por salud, acercarme lo mas posible al que he sostenido la mayor parte de mi vida adulta pero sin obsesionarme, me cuido en las comidas, camino mucho, desde hace un tiempo, despacito, comencé a hacer deportes nuevamente, pero el cuerpo responde a su propio ritmo, el cual no necesariamente habrá de ser coincidente con el de nuestra intención, antes, ante la misma actividad rápidamente alcanzaba mis objetivos, pero ahora, tengo que admitirlo, ya no será así, claro, los problemas del alma…

No frunzan el entrecejo, si continúan lograran entender mi idea y quizás darme la razón, de hecho algunos identificarán en si mismos aquello de lo que les hablo.

Siento que antes era una persona mas sensible, me conmovía por un número mayor de cosas que las que actualmente me movilizan; de alguna manera el camino recorrido me ha endurecido algo, sin notarlo, sutilmente, pero hoy en día, reflexionando, debo admitir que me he endurecido para muchas cosas, me conmuevo mucho menos, indudablemente lo mismo, los problemas del alma…

Olvido cosas, si bien no es ninguna novedad, nunca conviví con ese problemita como ahora, a modo ilustrativo he llegado a ir a comprar tres veces determinada mercadería y volver las dos primeras con cosas diferentes a la que pretendía comprar, hasta finalmente conseguir lo deseado, valga de ejemplo; otro, de manera casi sistemática pago mis impuestos vencidos, no por rebeldía, si no que pongo las facturas en mi maletín, para no olvidarlos y bueno, olvido que están ahí, que decir, son problemas del alma…

Soy fuerte, años de deportes han hecho que mis huesos estén protegidos por músculos, pero ahora, cuando hago algún tipo de deporte competitivo con compañeros de oficina, por ejemplo, paso buena parte del tiempo aprendiendo donde debo pararme ahora, en función a mis nuevas y menores capacidades, a fin de realizar un papel medianamente digno en el juego elegido. Saltar del techo de mi casa al césped ya no es inocuo para mi tobillo como lo ha sido siempre, y lo comprobé de la forma dolorosa, definitivamente problemas del alma…

Ojo, no me lamento, es una irónica y divertida forma de decir que he tomado conciencia de las consecuencias de haber vivido lo vivido y de la forma como lo he vivido. Si alguno de ustedes se ha sentido identificado con algunos de los ejemplos precedentes quizás coincidan conmigo que padecemos problemas del alma, del almanaque desde luego, acumulación de tiempo vivido sobre nuestras espaldas, la natural evolución que en mayor o menor medida todos experimentaremos, definitivamente he tomado conciencia de aquellos incipientes síntomas que me hacen notar que estoy padeciendo los pequeños y naturales problemas del almanaque.

¿O habían pensado en otra cosa?

Nota: por las dudas Almanaque = Calendario