¿Apenas otro día?

Seis de la mañana de un día de semana cualquiera, Agosto, hace mas de cuarenta años; el agua de los charcos esta escarchada, ella, muy abrigada, empuja el cochecito del bebe por las calles aun oscuras, se aleja de la casa donde vive con su esposo, que se fué a su trabajo y donde no es querida por la familia de él. Caminara muchas cuadras hasta la de sus padres, donde el resto del día hará tareas de costurera para sus pocos clientes, pero así, despacio, ayuda a que en tres años mas ingresen a la que será su casa propia, definitiva, un grano de arena más, hombro a hombro con su marido, es joven, tiene sueños y es fuerte a pesar de su delicado aspecto, la vida no habrá de doblegarla....

Demasiado joven para resistir, dos décadas atrás, le saca pecho a las circunstancias, casada si, pero no pareciera, una figura ausente el hombre al que unió su vida, casi empujada por la vida misma, ambos, hombre y vida no dudaron en golpearla alguna vez, quizás frustrar algunos sueños, pero eso la hizo mas mujer, mas luminosa, mas leona para educar a cuatro hijas, que ahora, ya adolescentes son la envidia de las demás madres y ella misma la envidia de las demás hijas; se volvió sabia, con sabiduría de vida, recupero los sueños, el timón de su vida, ahora decide, enfrenta, educa y por sobre todo, vive, mas mujer que nunca, vive...

La jornada parece no cesar, mas allá de las paredes de su aula, la noche la encuentra a diario preparando el material para la clase del día siguiente, ya no tiene veinte años y lo siente en sus hombros, acompañar los primeros pasos académicos de 30 chiquitos no es algo sencillo, se necesita mucho amor y muchas agallas, ella educa, guía, mima y contiene, pero también se enfrenta a padres que preferirían no serlo, que le ponen en la mano aquellas tareas que deberían hacer ellos, y cuando marca los limites que jamás supieron orientar, vienen como fieras a recriminar el que este enseñando que la vida no es un cuento, que existe el NO. Muchas noches llora en silencio, pero cada mañana con su mejor sonrisa abraza a esos pequeños que aprenden a quererla, a extrañarla a respetarla y que jamás la olvidaran...

A los treinta años no es vieja pero después de 48 horas de guardia continuada se siente así, el estetoscopio le pesa como una cruz, casi tanto como los ojos, apenas ha tomado alguna infusión y comido algún sándwich a las apuradas, la guardia del hospital en fin de semana no le permite mas que eso, llena de pacientes, familiares asustados, nerviosos, violentos; de a ratos piensa que no quiere eso para su propio hijo, que por eso y por su vocación esta ahí, con los pies hinchados y un pesado cansancio de sueño acumulado, de nervios contenidos. La realidad la vuelve rápidamente en si, las victimas de un accidente están entrando con la ambulancia, ya habrá tiempo para cansarse mas tarde...

Veinte años, aun recuerda con cariño su muñeca preferida, la noche se hace larga, el frío no ayuda y la oscuridad hace que el arma reglamentaria pese aun mas, su compañero apenas habla, aterido como ella mientras caminan las casi desiertas calles de la ciudad, con ese chaleco naranja fosforescente que invita a apuntarles, si son solo un par de policías jóvenes. Mira con cierta envidia a las chicas de su edad que pasan arregladas camino a algún baile; cuanto hace que no sale, cuanto hace que no siente el tibio sabor de una boca masculina, el abrazo calido y las palabras dulces de alguien que le hable de amor, ya tendrá tiempo, ya lo tendrá, mientras tanto...

146 mujeres, como cualquiera de las mencionadas, 146 historias, 146 amigas, 146 seres humanos, hace apenas cien años, murieron calcinadas en la fabrica textil donde trabajaban, donde se habían encerrado primero como forma de protesta por los bajos salarios percibidos y las inhumanas condiciones de trabajo, donde fueron encerradas después como escarmiento a las demás ; la respuesta, bombas incendiarias...

Aristóteles califico a los hombres como los seres mas perfectos de la creación, seguidos de los elefantes, los delfines y las mujeres, en ese orden. Tendrían que pasar dos milenios para que a un hombre se le negara el derecho de pegar a su esposa, varias generaciones de científicos se empeñaron, en todo ese tiempo, en “demostrar” que las mujeres eran brujas, demonios o desequilibradas mentales. (1)

Creo que todos conocen el por que el 8 de marzo se celebra el día Internacional de la Mujer, ese día no se celebra el que las mujeres sean iguales a los hombres, por que no lo son, por suerte, antes que se me acuse de machista, ya saben como pienso, hay razones mas que evidentes y cuya mención seria hasta fatua, para afirmar que no lo son, pero hay algo que hombres y mujeres compartimos, somos personas, tenemos derechos, ese día, se recuerda, además de las 146 mártires, el hecho que hombres y mujeres debemos tener algo igual, algo equivalente, nuestra humanidad, nuestros derechos.

Cualquier expresión peyorativa sobre ese día en si, es desconocimiento y por que no mediocridad. Una persona me trajo al mundo, una mujer, otra estará a mi lado peleando codo a codo la vida, quizás una mujer me llame papá, tendremos diferencias de genero, pero compartimos los mismos derechos desde que juntos construimos una vida.

A riesgo de ser reiterativo, nuevamente agradezco la existencia de las mujeres y nuevamente agradezco con humildad a todas aquellas que han representado o representan algo en mi vida, si, ya lo dije, pero nadie dude que no me cansare de repetirlo.

(1) Cita extraida del libro Primos Hermanos, de Roger Fouts.