Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

martes, 8 de agosto de 2006

Educación, límites y esas cosas.

La vida aun no me ha dado el honor de ser padre, pero me ha dado ojos y criterio como para ver, veo y no siempre me gusta lo que veo. Quisiera hablar de eso desde la autoridad moral que daría un hijo bien encaminado, pero solo podría hablar de lo que supongo o la razón me indique, como es esto?, veamos.

Los que pertenecen a mi generación, nacidos y criados en Argentina, crecimos bajo la “tutela” de un régimen de facto, las libertades limitadas, con un clarísimo concepto de, valga la redundancia, limites. Aunque esos limites fueran mas allá de la lógica y la razón, nos manejamos en ellos, cosas que para el resto del mundo eran normales no lo eran para nosotros, como sea, una vez vuelta la democracia, muchos criaron a sus hijos con un concepto mas Light de los limites, en algunos casos, sin ellos.

De alguna manera redimían con sus hijos las privaciones que ellos mismos supieron vivir, pero la ausencia de límites es un error de concepto y hoy en día, se ve mucho de eso.

La vida intrínsecamente esta llena de limites, nadie puede hacer lo que quiera de un modo absolutista, hay limites de horarios, de fechas, de comportamientos sociales, de respeto al prójimo, alguien criado sin un claro concepto de limites, sin el ejercicio de la responsabilidad de su respeto y ejercicio, poco puede encajar en el medio en el que se desenvuelve. Los límites son condiciones ineludibles de la vida, una pared es un límite, lo es un río, una montaña, un ciclo vital, lo cierto es que su presencia, debe ser marcada, enseñada.

El llanto y el berrinche es una prueba, un intento de ir mas allá del limite por parte de un niño, si no existe la firmeza, cada vez se estirara mas la búsqueda del mismo, si no se encuentra, ese pequeño crecerá en la creencia que los limites no existen y no siempre podrán ser capaces en su vida de aprender fuera de su momento adecuado que las cosas no son así. Escuche una metáfora que considero brillante, un hijo es una flecha, los padres el arco, si esta bien apuntada no hay de que preocuparse, pero si no… una vez suelta la flecha, no se puede cambiar su dirección.

Las responsabilidades, algunas al menos, son indelegables, la orientación de un hijo no se delega, en todo caso se comparte con un docente, pero no se le pasa la responsabilidad y se le hace cargo de las culpas, cada uno es artífice de su propio destino y un padre, lo es del de su hijo, que no es poca responsabilidad.

No se, quizás estos conceptos estén plagados de errores, pero lo que veo a mi alrededor me hace pensar un poco en esto, además quería usar la metáfora del arco y la flecha que me encanto, je, si sirve, que sea, se puede coincidir o polemizar, pero de alguna manera servirá para mover la cabeza de todos.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
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