Algunas ideas que se me ocurrio escribir y que, inocentemente, me deje convencer que se dejaban leer, ahora, no se si se dejan leer, pero entretiene escribirlas, a su propio riesgo, padezcanme.

martes, 3 de octubre de 2006

Ménage a tróis.-

“Un ménage à tróis es la realización del acto sexual en el que participan tres personas, un trío, pudiendo ser cualquier combinación de las que sean posibles”.

Ella, yo y…

Es increíble cuantos peros, ies y demás yerbas, están precediendo a frases, hechos o eventos que terminaran sumergiéndonos en un conato de depresión, la intensidad de esta dependerá de estructuras emocionales, temperamento y una buena dosis de suerte.

Ella, yo y…

Uno pulula por esta vida recorriendo etapas, a veces de manera prolija, en ocasiones simplemente quemándolas, pero en todo caso siempre es un camino de un sentido. En los primeros años de ese camino, la promiscuidad del ménage a tróis rara vez se dará, pero a medida que los años se acumulan, que se haya caminado un poco mas por esta vida es mas probable que terminemos ella, yo y…

Mas allá del amor, de la sensualidad, de la intencionalidad, a quienes nos ha tocado, en algún momento convivir el ménage a tróis, no siempre hemos podido acostumbrarnos y ciertamente, tampoco tendremos la certeza de poder manejar sus consecuencias.

Al haber pasado esos iniciales momentos en los que el corazón arrobado se deja llevar por la incipiente sensación del amor, sentir la opresión angustiosa de la irremediable revelación, somos Ella, Yo y… los fantasmas.

Sus fantasmas, seres del pasado que marcaron huellas dolorosas en el espíritu y el alma de, en este caso, la mujer elegida, un perverso ménage a tróis, alejado de la sensualidad, en el que las huellas de dolores pretéritos condicionan las acciones y las sensaciones de quien puede haber llegado a calar profundamente en nuestro propio ser. Ante el trío formado el resultado puede ser incierto, dependiendo de la profundidad de las heridas con las que alguno de esos fantasmas del pasado ha marcado el alma de aquella persona.

No siempre nuestro amor será suficiente para exorcizar a aquellos fantasmas, pero mas allá del resultado, nos habremos enriquecido, al ser capaces de sentir amor y hasta comprender la situación que vive ese ser, apreciado por nosotros, que convive con sus fantasmas, y apreciaremos también, la lucha que habrá implicado el recomenzar, el darse la oportunidad de sentir nuevamente, mas allá del resultado final de esa lucha interna. El amor que hayamos podido sentir por esa persona, nuestro apoyo, será la mejor de las ofrendas.

1 Perplejos:

Anónimo dijo...
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