Adolescencia.
Cuando era pequeño me fascinaban las historias que me contaban algunos de mis mayores, ya de adolescente algunas de ellas aun me atrapaban y en cierta manera ayudaron a mi paso por esa etapa, claro, nadie me contó su propia adolescencia, que sintió, como actuó y por que.
¿Qué diferencias hay entre mi adolescencia en los ochenta y la que se puede vivir hoy más de veinte años después?; todas y ninguna. Mientras preparo mi cuello para que salten a él los invito a pensar, lectores de todas las edades, o al menos eso espero, que cosas pueden tener en común y que diferencias habrá.
La adolescencia es una etapa de neologismos en todos los sentidos mas allá de la definición estricta de ese termino, los clásicos neologismos lingüísticos con los que la comunicación entre pares se hace fluida y en la que muchos de los mayores, al menos los que no tenemos hijos, podemos quedar un poco excluidos, la modificación del significado de muchas palabras también es una marca de la etapa y ese sensación de omnipotencia, superioridad y claridad de conceptos, es la mejor de todas. El adolescente es un ser incomprendido, claro está desde su punto de vista, se siente maduro para enfrentarse con la vida, empezando por los padres y actúa en consecuencia. Yo no me olvido de mi propia adolescencia, aun tengo puntadas de vergüenza en el estomago por actitudes que tome o cosas que he hecho, por eso al escuchar a uno no puedo dejar de recordarme a mi mismo en esa etapa.
Me enamore unas 35 veces; aunque la sexualidad era mas difícil de expresar para nosotros que ahora, uno se enamoraba lo mismo y deseaba lo mismo, estaba menos informado y mas reprimido, pero lleno de sensaciones, el sexo para mi era, mas allá de lo naturalmente estimulante, algo romántico y bastante inaccesible, cada beso dado y recibido se vivía con una pasión que hoy no creo que se iguale, hoy el sexo esta mas al alcance de la mano, se llega con mayor rapidez, y por que no, con menor madurez, no me miren así, estoy lejos de ser conservador o coercitivo, pero no puedo evitar tener conciencia y experiencia y desde ahí es que lo digo, comencé en su momento a vivir mi sexualidad cuando sabia claramente sus consecuencias y lo podía disfrutar plenamente y con una mujer, no con una adolescente casi niña que dejo el oso de peluche que la acompaña al dormir, para pasar a los brazos de su novio con apenas horas de intervalo. Los adolescentes que me lean pensaran que soy retrogrado, pero ese es su privilegio, yo tengo clara conciencia de lo que he vivido y disfrutado, de cada baile y reunión, de cada beso, del sabor de cada bebida, sin necesidad de despertarme con el mundo patas arriba por haber bebido en exceso algo que hasta es probable que no me gustara, pero quedaba bien.
La óptica adolescente del mundo es un poco mas despreocupada que la realidad en si misma, no es que menosprecie, es que aun recuerdo que me sentía capaz de cambiarlo pero jamás pensaba en como lo haría, solo daba por sentado que podía, sentía que sabia mas que mis mayores, pensando que ellos habían perdido la perspectiva, que no me permitían cosas por que no entendían, ahora de este lado se que entendían y por eso no me las permitían, como sabían ponían limites, por entonces a pesar nuestro respetábamos esos limites, a pesar mío también estudie, con relativamente buenas notas, y mas allá de las notas, salí a la cancha pudiéndome defender, trabajando y estudiando, consolidando las cosas aprendidas, muchas veces golpeándome a mi mismo, en aquella adolescencia.
Los que estén atravesando esa etapa, bájense un segundo del pedestal y piensen que algún día pueden necesitar de aquello que hoy deciden ignorar simplemente por que es una obligación, no dejen de lado la magia de esa maravillosa época, pero tampoco pierdan la perspectiva que la vida continua y habrá que vivirla.
1 Perplejos:
Publicar un comentario